“El fin siempre es temprano, cada día es toda la vida en tiempo pleno, no hay más que el hoy, que este momento solo en que conozco que estoy vivo y siento.” Arturo Uslar Pietri
Un punto importante al iniciar un nuevo camino en otras tierras que no fue donde naciste, es el reconocimiento y nuestra posición en el sistema al que vamos adoptar como nación.
El derecho a la pertenencia es el primer orden del amor, es la primera ley que rige al sistema humano y entre las cosas que nos pertenecen se encuentra nuestro país, esa nación donde pasamos los primeros momentos de nuestra existencia, infancia, nuestros primeros olores, sabores, canciones y particularidades de cada idiosincrasia.
Lamentablemente algunos tienen heridas profundas ante ella, por la forma en que la dejaron o sencillamente no.
Pero cualquiera que sea la situación, para bendecir nuestros pasos, tomate un momento de reflexión y si sientes que puedes hacerlo honra la Patria dónde naciste, sana tu relación con ella, una frase sanadora sería: “Mi amada (país de origen) tu siempre serás mi patria, dame permiso para salir y poder buscar una mejor vida”. En caso de que no puedas, tomate tu tiempo, no te obligues, el tiempo de Dios es perfecto y tu yo interno sabrá cuando estarás preparado para esa reconciliación.
Limpia tu camino, no lleves tus cargas a otro país y repitas las mismas historias; limpia tu escenario y cuando llegues al país donde vas a comenzar o has comenzado una nueva vida, abre tu corazón y dile: “Te pido permiso y doy las gracias. Bendíceme para trabajar. Mírame con amor, vengo a dar mi mejor trabajo para este país”.
Nadie ha dicho que es fácil, pero vale la pena que inicies un camino de amor y prosperidad en la nación que adoptes como patria, que no nazca tus esfuerzos en el rencor, sino en el amor; para que los frutos de tus labores sean una bendición para ti y para el entorno que te rodea.
Mis coordenadas: Facebook : Clarín de Luz, Twitter: ClaraF21, Correo: francoclara@hotmail.com
Comentarios
Publicar un comentario